El ajo es conocido especialmente por sus funciones como condimento para los alimentos, sin embargo es utilizado, también, como un auxiliar para la prevención y tratamiento de una gran cantidad de padecimientos, especialmente enfermedades cardiovasculares como hipertensión y ataques cardiacos, entre otras.
El consumo de ajo puede ayudar a
mejorar el estado de salud general de nuestro cuerpo.
Los
efectos fortificadores del ajo para nuestro cuerpo se deben a que
contiene un ingrediente activo llamado alicina
que, además de dar su sabor y olor característico al ajo, posee
diferentes propiedades farmacológicas que resultan beneficiosas para
nuestro organismo.
Dentro de los múltiples
beneficios y tratamientos que el ajo puede brindar a nuestro cuerpo
encontramos:
Acné.
El ajo es útil como un
tratamiento natural para contrarrestar las imperfecciones y
cicatrices producidas por el acné. La alicina tiene la capacidad de
detener los efectos dañinos en la piel provocados por los radicales
libres, así como de matar las bacterias presentes en la piel de una
persona con acné.
Cabello.
El ajo es de gran utilidad en el tratamiento en contra de la
pérdida de cabello al contener keratina, la proteína de la que está
hecha el cabello, con lo que se estimula su crecimiento y fuerza.
Resfriado común.
La alicina del ajo puede ayudarnos cuando padecemos esta enfermedad,
ya que estimula al sistema inmunológico. En el caso de los
resfriados comunes, comer ajo o tomar suplementos con ajo, puede
reducir hasta en un 70% los síntomas del padecimiento.
Presión arterial.
El
consumo diario de entre 600 y 1500 miligramos (mg) de ajo puede
ayudarnos a mantener la presión arterial en niveles adecuados,
incluso en caso de padecer hipertensión arterial y sin dejar de
tomar el medicamento prescrito previamente por un médico.
El efecto dilatador que el ajo ejerce en los vasos sanguíneos,
gracias a sus polisulfuros, es lo que ayuda a que la presión
disminuya.
Enfermedades cardiacas.
El ajo tiene la capacidad de disminuir
los niveles de colesterol LDL (colesterol malo) y ayuda a disolver
coágulos de sangre,
con lo que se reducen los riesgos de padecer enfermedades
cardiovasculares.
Rendimiento físico.
El ajo mejora nuestro desempeño al realizar ejercicio y a reducir la
fatiga después de un esfuerzo físico.
Huesos.
Al contener manganeso, zinc, vitamina B6 y vitamina C, entre otros
compuestos, el ajo puede ayudarnos a tener unos huesos más fuertes y
sanos.
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