Tener un abdomen plano y marcado no solo es el resultado de un arduo trabajo en el gimnasio, también se necesita una serie de acciones que en conjunto ayudan a mantener un vientre tonificado y libre de grasa.
Cambia tu estilo de vida.- Si te sometes a un programa para eliminar la grasa, implica que llegará a un final y, como consecuencia, volverás a tus hábitos anteriores lanzando por la borda lo que lograste; esto sucede también cuando te impones cambios muy drásticos. La solución es ir paulatinamente mejorando tus hábitos diarios, tanto de ejercicio como de alimentación, para que tu organismo los vaya asimilando y adoptando.
Tonifica todo tu cuerpo.- El trabajar todos y cada uno de tus músculos en el gimnasio, te ayudará a disminuir tu porcentaje de grasa corporal. No dejes de entrenar al menos una vez por semana cada grupo muscular; no tengas miedo a trabajar con pesas y trabaja tu abdomen como cualquier otro grupo muscular.
Bebe más agua.- El agua es el medio por excelencia que ayuda a la actividad celular, incluyendo el transporte y quema de grasas. Bebe al menos 30 mililitros de agua por kilogramo de peso al día.
Limita el alcohol.- Un reciente estudio por la Clínica Mayo de Rochester (E.U.), concluyó que los consumidores de alcohol tienen una mayor tendencia a engordar. Por otra parte, un estudio arrojó que el consumo de alcohol a lo largo de la vida produce acumulación de grasa abdominal.
Evita grasas, sal, azúcar y harinas refinadas.- Recuerda que estos elementos contienen un muy bajo porcentaje de proteínas y vitaminas. Además de que incrementan la capa de grasa abdominal, pueden generar enfermedades como hipertensión y diabetes.
Reduce el consumo de almidones.- Puesto que aportan más carbohidratos de los necesarios, y ya sabes qué sucede con los excedentes: se almacenan en forma de grasa. Así que raciona las papas, pastas, arroz y panes.
Evita los carbohidratos.- Come un gramo por medio kilogramo de peso por 3 a 5 días, después duplica esta cantidad por otros dos días más y repite el ciclo.
Reducciones drásticas de calorías.- Puesto que vas a verte débil y con pobre tono muscular. Hasta una reducción de carbohidratos requiere moderación.
Haz 5 a 6 comidas al día.- Contrario a la creencia de que reducir el número de comidas adelgaza, si comes más de tres veces, mantendrás más activo tu metabolismo, ya que de manera constante estará preservando alta la temperatura corporal; ¿resultado? Quema de calorías más eficiente. Distribuye el número de calorías que requieres en cinco o seis partes durante el día.
Aumenta la ingesta de verduras.- Ya que contienen gran cantidad de nutrientes en pocas calorías, llevándote a la saciedad. Incluye cinco porciones diarias de las verduras que quieras.
Toma de 25 a 35 gramos de fibra a diario.- La fibra disminuye los niveles de insulina, absorbe agua y ocupa mucho espacio en el estómago, evitando el hambre.
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Come la cantidad apropiada de proteínas.- Ingiere de 1.5 a 2 gramos por kilo de peso al día, esto te proveerá de suficientes aminoácidos para mantener tu masa muscular, mientras que la ingesta calórica está bajo control.
